Hablo de hace más de cincuenta años que no es mucho, pero ya es historia, cuando muchos días antes estábamos celebrando su llegada.
La celebración era algo que es muy difícil de describir, para las personas que no vivían aquellos momentos, "era la fiesta cumbre", teníamos Semana Santa y Navidad, pero la Feria era la Feria.
Pues empezaban nuestras madres a comprarnos el traje, los zapatos.. en fin la ropa y preparos para esos días. No a tiendas de marcas distinguidas, ni a grandes centros comerciales, lo hacían a los negocios del pueblo y lo pagaban a dita, ( poco a poco) que a lo mejor llegaba la feria del próximo año y no se había terminado de pagar, pero la ilusión de estrenar era una de las cosas más importantes de esos días.
Otra ilusión para nosotros era cuando los camiones de los cacharritos, cunitas, tren de la muerte, tira pichón..iban llegando,¡ ya olía a feria!.
¡ Y llegó el gran día. Diana floreada por las calles del pueblo!. Jueves día del CORPUS CRISTI.
De mañana niños, niñas y mayores con sus mejores galas a la procesión.
Los niños ataviados con los trajes de comunión. Los monaguillos encabezaban la procesión, arropados por todo el pueblo, El Santísimo con el párroco bajo palio y empezaba la procesión.
Recorrido por las calles y parada en los distintos altares que los vecinos montaban para la ocasión. Recuerdo que la calle Una Acera era la mejor engalanada. El día antes se iba por los helechos a la Almoraima para adornar los altares y las calles.
Y bien terminaba la procesión se acababa el silencio y empezaba la feria.
Me emociona hablar de ese momento en el que el pueblo bailaba, música por todas partes para los niños y mayores era un día muy especial.
La orquesta, una de las que recuerdo Casablanca, gran orquesta, tocaba toda la noche y no se dejaba de bailar, entonces no había caseta de la juventud, pero si muchas ganas de divertirse.
Cada día una actividad, carrera de cintas en bicicleta , de caballos, recuerdo a Monolo Pro, con su caballo negro, a Diego el carnicero con su cabello castaño y la frente blanca, y pocos más
Aunque seguimos llamándola feria del Corpus, no debemos permitir que no siga siendo su procesión el pistoletazo de salida, para seguir manteniendo esos pequeños toques tradicionales.
Sé que a muchos, no tan jóvenes, mis palabras les habrán producido un poco de añoranza al recordar esos momentos de nuestra infancia o juventud.
Espero que disfrutéis de nuestra feria y aprovechad estos días para olvidarse de las rutinas diarias.
Miguel Solís Domínguez
PUBLICADO EN EL LIBRO DE FERIA 2018
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