El Diario la Voz del Sur, el pasado 12 de noviembre, emitió el siguiente reportaje, firmado por Sebastián Chilla. El cual por su interés reproducimos.
San Martín del Tesorillo se convierte en el pueblo número 45 de la provincia de Cádiz tras su segregación de Jimena de la Frontera. La lucha de la localidad por ser municipio es una vieja reivindicación que los tesorilleros han celebrado fervorosamente
SEBASTIÁN CHILLA.-
No fue un 2 de octubre cualquiera en el Campo de Gibraltar. Una bandera estelada, que simula a la independentista catalana, pero con los colores del equipo de fútbol de la localidad —azul y amarillo, de la UD Tesorrillo— era enarbolada en la plaza principal de San Martín del Tesorillo. Fue fruto de una de las agrupaciones carnavaleras de esta ELA —ahora pueblo—, que llenó de arte la odisea que ha supuesto su particular lucha por la segregación de Jimena de la Frontera. El Tesorillo era una fiesta porque había conseguido un objetivo que perseguía desde hace varias décadas: la ansiada independencia.
San Martín del Tesorillo se convertía en municipio tras casi 20 años como Entidad Local Autónoma, carácter que le fue otorgado el 24 de abril de 1999. Fue Martín Larios y Larios, hijo de Martín Larios Herreros, primer marqués de Larios, quien fundó la primera agrícola en la zona en 1869. Los latifundios sobre los que se instaló se los compró a la casa de Medina-Sidonia. El mismo Martín Larios Herreros, padre del fundador, fue promotor de la Sociedad Industrial y Agrícola de Guadiaro. Varias décadas más tarde otro terrateniente andaluz, Juan March, compró los latifundios a la familia Larios dividiéndolos en parcelas. Fue el nacimiento de San Martín del Tesorillo como núcleo poblacional en los años 30.
Mucho ha llovido desde entonces en el Campo de Gibraltar y en San Martín del Tesorillo. La localidad, que cuenta con 2.662 habitantes, y con aproximadamente unos 1.600 electores, eligirá su primer alcalde en las próximas elecciones de mayo de 2019. Jesús Fernández Rey (IU) ha sido el último presidente de la Entidad Local Autónoma, y el de la gestora que continuará al frente de la localidad hasta la cita electoral.
Una señora mayor cierra la puerta de su casa, se da media vuelta y camina hacia la plaza principal del pueblo. “¿Qué voy a opinar? Pues bien”, dice sobre la segregación. “Claro que va a ser útil. Todos tienen piscina y Tesorillo no tiene piscina”, se queja. “El día 3 de marzo he cumplido 83 años… habré vivido yo cosas aquí. Ha cambiado mucho pero más tiene que cambiar. To pa Jimena, to pa Jimena, to pa Jimena“
Es día laborable y la plaza está llena de tesorilleros disfrutando del sol de otoño. Varios señores hablan sobre el futuro del pueblo. “Ya veremos dentro de un año o dos. Yo creo que vamos a estar mejor”. Y la frase vuelve a repetirse. “Es que Jimena se quedaba con todo. Problemas hay muchos y en los pueblos siempre hay algo que hacer y que limpiar pero es que Jimena daba lo que quería”.
Es pronto para valorar la nueva situación. En otro banco un hombre reconoce que “todavía no la sentimos, hará un mes que se ha hecho. Hasta que no se segregue del todo no sabremos” pero, como los demás insiste. “Mejor que con Jimena seguro que vamos a estar. Segurísimo”. Señala una parte del pueblo e indica. “Yo llevo 48 años aquí, nacido y criado y el pueblo está igual. ¿Ves aquella vivienda de allí? Se hizo en un año y hubo un problema por el casetón, por la altura. Eso se pasa mano. Había muchas criaturas que se iban a casar y el Ayuntamiento de Jimena lo denunció”, se lamenta. “Allí igual. Otra obra que hay más atrás, denunciada por el Ayuntamiento. Una poca vergüenza de Jimena de la Frontera con El Tesorillo”.
Cuando parece que alguna palabra buena iba a ver para la vecina localidad de Jimena, uno de los tesorilleros nos alerta. “Tengo muy buenos amigos en Jimena pero…”. ¿Hay peros? “Si Jimena de la Frontera amaneciera una mañana y dijera El Tesorillo ha desaparecido ese día era fiesta local en Jimena”, afirma tajante. “Jimena no quiere al Tesorillo”. Varios curiosos ríen. “Todo el mundo aquí con el tema de la independencia”, dice otro en referencia a la expectación mediática. Y continúa con la crítica. “Problemas y problemas, Jimena solo da problemas”. “Este pueblo siempre ha tenido buenos cantantes, música y de la noche a la mañana nada. Jimena ha traído hasta al brasileño ese… Carlinhos Brown”, hace una pausa “¿Pero al Tesorillo? ¿Flamenco? El mejor cantaor a Jimena. Y para nosotros no hay veinte duros para traer a un cantante. Pues así otra, otra y otra
Apoyados en la barandilla de la entrada de la Iglesia Parroquial de San Martín otros tesorilleros recuerdan cómo se convirtió hace ya 20 años El Tesorillo en entidad local. “Dijeron que a los cuatro años nos daban municipio y nada. Estamos hartos de Jimena, muchos años con Jimena”. ¿El futuro? “Malo, malo no, cuanto menos igual”. ¿No hay nadie de Jimena o que se mostrara en contra de la segregación? “Hasta la gente de Jimena que está aquí está harta de Jimena”.
En un bar de la plaza de la Constitución un tesorillero por fin duda. Es el propietario del negocio. “Por un lado puede estar bien y por el otro te pueden meter una crujida”, dice dubitativo. ¿Qué haces tú aquí con dos policías en una fiestecita en la que se reúnan 400 personas? Tendrás que tener unas cosas que cuestan dinero”, se queja. Y con respecto a la seguridad recuerda la situación de la localidad. “Vienen antes los guardias civiles de Algeciras que los de Guadiaro o lo de Jimena”.
El 27% a 27 kilómetros
Un trocito de Málaga se interpone entre Guadiaro y San Martín del Tesorillo. Desde la pedanía perteneciente al municipio de San Roque, vía A-2102, se cruza a El Secadero, perteneciente al municipio malagueño de Casares. Un puente lo separa del que ya es el municipio número 45 de la provincia de Cádiz: San Martín del Tesorillo. La localidad se encuentra entre el río Guadiaro y sus dos afluentes —Hozgarganta y Genal— en una de las zonas más fértiles de la comarca
Es una de las entradas a la localidad. Las otras dos son camino para Jimena. Más de media hora, en cualquier caso, separa a San Martín del Tesorillo del que fuera su ayuntamiento matriz. Una de las quejas de los tesorilleros es la burocracia. “Para arreglar un papel a Jimena siempre te falta esto. Pacá otra vez. Otra vez a Jimena. ¿Qué papel hace falta? Este. Vuelves. Vas. Ya no es el mismo hombre, ahora una mujer. Y otra vez. Así y así”, cuenta un tesorillero.
Jimena de la Frontera, que cuenta según el censo de 2016 con 9.756 habitantes perderá algo más del 27% de su población con la segregación. San Martin del Tesorillo, a 27 kilómetros de Jimena, cuenta con 2.662 tesorilleros que a partir de este otoño ya no contarán como jimenatos.
El alcalde que no es alcalde
Jesús Fernández Rey fue electo como presidente de la Entidad Local Autónoma de San Martín del Tesorillo en mayo de 2015, pero ahora no sabe ni qué es lo que es. Saluda a lavozdelsur.es. “¿Alcalde? Bueno, aún no, ya no sé exactamente”, ríe. Este gallego nació en 1960, emigró a Barcelona cuando era un niño e hizo el servicio militar en Ceuta. En la ciudad condal conoció a su esposa, con la que se vino a San Martín del Tesorillo.
Empresario de la noche y de la construcción, regentó una conocida discoteca de la localidad. “El tesorillo es un pueblo joven. Los marqueses de Larios invirtieron en esta zona, en El Tesorillo está la casita de los Larios, su domicilio”, cuenta. En esa misma casita prevé el equipo de gobierno construir el próximo Ayuntamiento y el salón de plenos, que estima tendrá para 11 ediles. “La inquietud de segregarnos de Jimena, o independizarnos como le gusta decir a otros, viene con los genes de la gente que viene a instalarse aquí al Tesorillo. Hay un antecedente de los Larios de querer segregarse de Jimena con sus tierras y sus posesiones. No se lleva a cabo pero es la semilla. Hace veinte años se formó la ELA, y se le dio carácter para transformarnos en lo que somos ahora, municipio”.
Con respecto a la situación económica del pueblo, Fernández Rey reconoce que los tesorilleros se diferencian mucho de los jimenatos. “Estamos orientados a sector servicios, Sotogrande, construcción, la zona de Málaga; la gente del Tesorillo se dirige hacia esa zona. La verdad es que somos diferentes”.
Jesús Fernández Rey no fue el único presidente de la ELA de San Martín del Tesorillo que luchó por la segregación, algo que él mismo reconoce. De hecho, su antecesora, Ana Belén Jarillo, tuvo algún que otro problema por su insistencia al respecto. “Belén Jarillo arrolla”, confiesa. “Lo que ha hecho bien es con el tema de la segregación aunque no lo ha hecho bien como gobierno, porque nos dejó una deuda importante y hemos pagado en esta legislatura una deuda de 400.000 euros con proveedores, y con el mismo presupuesto que tenía ella”. El presidente de esta ELA, o presidente de la gestora que va a llevar a la creación de este municipio —reconoce estar en una laguna— volverá a presentarse a las elecciones municipales, con intención de convertirse, por fin, en alcalde.
De la naranja al aguacate
“Primero fue el tema del arroz, después la naranja, y fue tan bien que hasta los valencianos que movían aquí el sector le ponían el sello de Valencia aquí en el Tesorillo”, reconoce Fernández Rey. Pero la naranja ha bajado un poco, y además vienen naranjas de Marruecos, de Sudáfrica, de Argentina. Ha bajado la producción, la rentabilidad por lo que se está pasando al cultivo del aguacate”.
Cerca del ayuntamiento de la ELA se encuentra una de las cooperativas más importantes de la zona, la Sociedad Cooperativa Andaluza San Martín del Tesorillo. En su etiquetado ni una sola mención a Jimena de la Frontera. “Nosotros siempre ponemos San Martín del Tesorillo y Jimena no aparece por ningún lado”, reconoce su propietario. “El problema nuestro es que estamos a 30 kilómetros Hay un autobús que va a Jimena y pasa por aquí a las tres de la tarde; de vuelta a las ocho de la mañana”, se queja. “Para cualquier documento nada. Todas las inversiones y todo el dinero se queda allí. Estamos marginados porque estamos más lejos
Antonio Carreras Quesada no cree que la segregación afecte ni bien ni mal a Tesoricoop pero cree que es importante para la localidad. “Nosotros estamos reivindicandonos para separarnos desde los 80 por lo menos, tengo actas y reuniones del 85 o del 86 entre grupos políticos para intentar irnos porque era una locura”. Y hace hincapié en los servicios municipales. “Hay una pareja de policías por la mañana para el instituto, y nada más. A menos que les hace falta recaudar dinero que entonces sí vienen. Hay inseguridad porque es que no hay nadie”.
Con respecto al sector productivo de la localidad, es parte de los productores de naranja que ya están cambiando al aguacate. De hecho, El Tesorillo constituye una promesa en este cultivo y parte de ello se debe a su facilidad para producirlo. “Se está sembrando desde hace un tiempo pero el boom ha venido de hace dos o tres años que está a buen precio. Una hectárea con 300 árboles en la Axarquía da 9.000 kilos y aquí una hectárea con los mismos árboles da aquí 14.000 kilos”. Un valor en alza que parece ser una de las salidas económicas por las que pasa este recién creado municipio gaditano al que ya no le hace falta reclamar independencia.
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