miércoles, 25 de marzo de 2020

Viaje a La Línea de la Concepción. Por Martín Casuso Antequera


Salida de una ambulancia desde Alcalá Del Valle, rumbo a La Línea 
- Buenos días Doña María,¿qué tal se ha levantado usted hoy? ¿Sigue teniendo fiebre?
Aquí tiene el desayuno, hoy tiene que terminárselo un poquito más rápido de lo habitual, que tenemos que salir de viaje. 
- De viaje ¿dónde,hija mía???, ¿dónde voy a estar yo mejor que en mi Alcala de Valle? ...si mi hija y mis nietas viven dos calles más abajo y si me asomo a mi ventana casi los veo desde aquí. Yo no quiero ir a ningún lado, yo ya no estoy pa viajes. 

- Tranquila Doña Maria, te vamos a llevar a un hotel de vacaciones.Desde tu habitación verás la playa; ¿se acuerda cuántas veces me contó que su hija una vez la llevo a Conil y se bañó en la playa y las revolcó una ola?, pues a un sitio parecido vamos a ir de vacaciones.No se preocupe usted por nada. Además irá con usted toda su familia de la residencia, para que se sienta como en casa.
- Muchas gracias hija mía, ayúdame a hacer mi maleta y en un ratito estamos listas. ¡Qué nervios!, a mi edad y otra vez de viaje. !Quién me lo iba a decir!
- Agárrese a mi brazo,Maria, ya casi estamos, le ayudo a subir a esta ambulancia; siéntese relajada y tenga un poco de paciencia. Nos quedan 150 km por delante. Paciencia, lo bueno se hace esperar, no le he dicho dónde vamos pero tranquila, que es una tierra maravillosa, se llama La línea de la Concepcion, y su gente es fabulosa.
Usted no las conocerá ni las verá porque del hotel no saldremos pero seguro podrá comprobar que son un encanto.
- Hija mía, ¡qué largo se me ha hecho el viaje!, yo no estoy para estos trotes pero dame la mano y acércate a la ventana. Quiero preguntarte algo.
Esa gente que se acerca a nuestra ambulancia con piedras, pasamontañas y con cacerolas ¿qué es lo que quieren, hija? Puedo escuchar sus insultos al otro lado de cristal. 
¿Por qué me insultan? si yo lo único que he hecho en la vida ha sido trabajar, sacar a cuatro hijos y diez nietos y ayudar al que a mi casa se ha acercado...
- Tranquila Doña María, aún no hemos llegado a La Línea, mis padres son de La Linea , y La Línea si algo tiene,es un corazón que no le cabe en el pecho.No tenga en cuenta lo que ve. No son nadie.
Agárrese a mi brazo que le ayudo a bajar.
Ahora mismo la llevo a su habitación y podrá disfrutar de la partida pendiente con sus amigas. 
- GRACIAS hija mía, ojalá podamos estar a gusto, y llévame pronto a casa, no hay sitio que compense poder estar lejos de mis nietas.
* El último que apague la luz

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