Por cada millón de personas que se vacunaron contra la viruela, hasta 52 podían sufrir reacciones adversas que ponían en peligro su vida.
A pesar de este dato, la vacunación para erradicar la vacuna nunca se paralizó (ni se pensó en ello).
Si se hubiera parado esta vacunación seguiríamos sufriendo una enfermedad que mataba a millones de personas cada año.
Recuerden que la viruela fue una de las enfermedades más temidas del mundo y se calcula que, solo en el siglo XX, provocó unas 500 millones de muertes.
El último caso reportado de viruela ocurrió en Somalia en 1977.
Gracias a las vacunas la viruela fue erradicada.
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