Una vez más —y ya van muchas—, una amable señora ha tenido la gentileza de facilitarnos una fotografía digna de comentar por varias razones. La imagen, tomada en la segunda mitad de los años 70, muestra el asfaltado del segundo tramo de calle Las Torres , el comprendido entre la calle Cuesta y la calle Nueva. El primer tramo, desde la Plaza hasta Cuesta, se había pavimentado dos o tres años antes, dando origen a aquella inolvidable pancarta que proclamaba: “Hasta aquí llegó el cemento”. Un lema que, con el tiempo, se hizo parte del lenguaje popular y de nuestra memoria colectiva.
La foto, además, nos invita a fijarnos en un detalle arquitectónico entrañable: los pisos superiores de las viviendas aún conservaban sus cubiertas originales de tejas. Aquellos espacios fueron, en su origen, graneros de los primeros colonos que poblaron Tesorillo. Al ser casas más altas de lo habitual para la época —la década de 1870—, la gente comenzó a referirse a ellas con cariño como “Las Torres”, un nombre que ha perdurado.
También resulta llamativo el escaso número de vehículos estacionados, algo impensable en los tiempos actuales. Por último, la imagen capta la fachada de la antigua Caja de Ahorros de Jerez, situada en el edificio que años atrás albergó nuestro primer templo. Ya por entonces habían destruido su pórtico, y lo que fue un símbolo espiritual de la comunidad, hoy está completamente desaparecido.
Son vestigios de nuestro pasado que, más allá de la nostalgia, nos ayudan a recordar y permiten que las nuevas generaciones puedan imaginar cómo fue aquel Tesorillo de antaño.
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