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Desgraciadamente los fuegos en España están de actualidad- causando graves desgracias en los material y lo peor en lo humano, eso nos ha llevado a evocar como se apagaban los fuegos en un pasado reciente
En Tesorillo y en tantos pueblos de España, hasta hace no tantos años, los incendios del campo se apagaban de una forma que hoy parece de chiste… aunque de risa tenían poco.
No había retenes ni cuadrillas forestales organizadas. El método era simple: se declaraba un fuego en cualquier monte y la Guardia Civil, sin perder tiempo, salía en busca de hombres que pudieran echar una mano- te tomaban el nombre y a lo alto de un camión . Y daba igual dónde estuvieran: en el bar tomando un vino, en el baile de feria con la mejor muchacha del pueblo o en el mismísimo Cine Macías, en plena película de vaqueros.
Más de una vez, cuando los guardias aparecían por la puerta principal del cine, la escena dentro parecía una película aparte: los mozos salían por las puertas laterales como alma que lleva el diablo, saltando murallas, vallas o lo que se pusiera por delante con tal de no acabar montados en el camión. Porque todos sabían que, si te cogían el nombre, ya no había escapatoria: a apagar fuego sí o sí.
Las herramientas eran las que hubiera: ramas verdes , cubos de agua de alguna acequia cercana o, con suerte, alguna vieja bomba manual. Y allá que se lanzaban todos, guardias y vecinos, a darle manotazos al fuego hasta que cediera. Lo que hoy nos parece impensable era entonces lo normal.
Así se vivió durante décadas, hasta casi la llegada de la democracia. Y aunque la memoria guarda aquellas escenas con cierta sonrisa —con la feria interrumpida o el cine vacío en cuestión de segundos—, la realidad es que se arriesgaban muchas vidas por falta de medios y preparación.
Hoy, cuando surge la polémica de si es útil o no contar con voluntarios que no tienen formación, más de uno piensa que el remedio puede ser peor que la enfermedad. Porque apagar un fuego no es cosa de andar improvisando, y la experiencia de aquellos años nos lo recuerda bien: lo que antes era una obligación forzosa, hoy es , un trabajo profesional- otra cosa son los medios, tanto humanos como materiales.
P.D: Francisco Mena, un tesorillero que vive en la Costa del Sol, cuenta como en la mitad de los 60, en la feria de Sabinillas, fue reclutado para apagar un incendio, en Sierra Bermeja , estuvo tres días sofocando el incendio, para los más jóvenes, se pueden ir haciendo una idea
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