El 2 de junio de 1924 nació en Argamasilla de Alba, en la provincia de Ciudad Real, Manuel Menchén Camacho. Se ordenó sacerdote en Cádiz el 28 de junio de 1953, y tras ejercer de coadjutor en parroquias de Conil y San Fernando, llegaría a San Martín del Tesorillo en diciembre de 1959 para quedarse hasta el verano de 1971- fallece un 24 de enero de 1993, a los 68 años
Su impronta en el pueblo fue innegable. Con carácter fuerte y maneras de orden castrense, se convirtió en figura central de la vida parroquial y fuera del ámbito parroquial, durante más de una década. Entre sus mayores logros destacó la construcción del actual templo, la parroquia de San Martín de Tours. Fue el gran impulsor y motor de esa obra que se levantó entre 1964 y 1966. La financiación corrió en buena parte a cargo de los propios vecinos, además de entidades públicas y religiosas, pero la tenacidad de Menchén resultó decisiva para que el sueño se hiciera realidad.
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Feria de los sesenta, Menchén con las fuerzas vivas del pueblo |
También introdujo costumbres que buscaban cierta igualdad entre los feligreses. En una época en que las diferencias sociales se dejaban ver y, los trajes de comunión no eran una excepción , impuso que todos los niños vistieran igual, acabando con comparaciones que herían sensibilidades. Nada dejaba al azar: formó un nutrido grupo de monaguillos, organizó un gran coro de cantoras y, llegado el momento de Semana Santa, Navidad u otras celebraciones señaladas, exigía ensayos previos. Todo tenía que salir perfecto. Sus chasquidos de dedos, eran como la orden de "AR" en el ejercito
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Procesión de Ramos año 1961 |
Sin embargo, su carácter tenía un reverso. Fue un hombre de fuertes convicciones, pero también excesivamente autoritario y poco dado a aceptar los aires de apertura que empezaban a soplar a finales de los sesenta. En misa, obligaba a que los hombres se sentasen a un lado y las mujeres al otro, y estas siempre con velo, y mientras estuvo en Tesorillo nunca se desprendió de la sotana. Su arrogancia le hizo ganarse antipatías, como también aquella costumbre temida por los monaguillos: los famosos “cosquis”. Consistían en entrecruzar el pulgar con el índice y el corazón, y con ese “instrumento” golpear la cabeza de los muchachos cuando algo no salía a su gusto. Dolorosos recuerdos que, todavía hoy, más de uno evoca entre la sonrisa y el resquemor.
Así fue Manuel Menchén Camacho: un cura de luces y sombras, capaz de levantar un templo y organizar la vida parroquial con disciplina y rigor, pero también rígido, inflexible y dueño de un poder que en aquellos años de dictadura se hacía notar en cada rincón del pueblo. Pasado el tiempo, su figura sigue despertando opiniones encontradas, pero nadie discute que dejó su huella en San Martín del Tesorillo, que para bien o para mal, es parte activa y notable en nuestra reciente historia . Lo que estamos casi seguro, que profesó mucho cariño a Tesorillo, no haya prueba más clara de que este fue su destino más querido , el hecho de que sus restos, junto a los de sus padres y hermana, reposen en el Cementerio Municipal de Tesorillo, así lo refrenda
En el 2000, un grupo de antiguos feligreses y amigos del cura Menchén, colocaron dentro de la iglesia una lápida en su memoria
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